28 de julio de 2020

"Y es que Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú"

¿Qué es ser peruano? Me digo mientras busco alguna escarapela que poner en mi pecho pero no tengo, porque recuerdo que para mi esas huevadas no acrecientan el espíritu nacionalista de alguien, que odio el chauvinismo y la pachararaquería desmedida y que no me da orgullo cuando un gringo pronuncia mal que ama la comida peruana (excúsenme pero de todos los países que he visitado la única que le hace el pare es la libanesa, perdón Francia pero ni los platos de 40 euros que me tragaba me hacían desvariar como lo hace la causa limeña).
¿Qué es ser peruano? -me digo, cuando veo que de los 30 millones la pelotudez, corrupción e impunidad reinan en cada tanto y que yo soy una rebelde de mierda porque la cabeza jamás me la pisa nadie, ni la policía que metían a mi universidad ni las bombas, nada, pero como buena inconsecuente que soy me llega al pincho cuando blasfeman diciendo que el pisco no es peruano, mi nacionalismo excacerbado arde cuando la selección juega algún partido importante (sobretodo con Chile, valgan decir verdades) y que lloré a mares cuando Farfán nos dió ese bendito gol ante Nueva Zelanda, hasta hoy me hace lagrimear ese recuerdo más sigo cuestionándome que chucha es ser peruano, pero para que tratar de reunir semánticas si solo me basta con salir a las 5 am hacia el centro para ver como los estibadores en la parada se parten el alma con los sacos de verduras, si veo a las mamitas vender desayunos calientes para los rostros cansados de tanto levantar, si veo que hay niños vendiendo caramelos, lustrando zapatos y dejando los periódicos. Yo me he quejado infinidad de veces de la maldita distancia y de tener que comerme 4 horas de bus con el tráfico y ruido infernal de esta Lima gris, de esta Lima podrida y aguantada de tanto estirar la cuerda  y ahora tú te preguntas ¿Qué es ser peruano?
Sigo sin respuesta, solo sé que durante el tiempo que fui profesora me encargué de desahuevar a los chibolos con el curso de Historia y de enseñarles que San Martín fue un pelotudo de mierda y que Colón un exterminador de primera ( y terrible bruto, a propósito) que la descolonización sigue siendo dura de desimprengar como cuando lavas la olla con el arroz quemado al fondo  y que si estudié arqueología fue también para no responder la misma huevada que esa gentita idiota que infla el pecho por la "marca perú" (me surré en la malla curricular del director y no me arrepiento,  con todo respeto, váyase a la mierda señor Mattos)
Quizás la estoy haciendo larga pero es que no sé que es ser peruano al día se hoy, pero lo que sí sé es que entre tanto contraste es válido expresarse de mil formas (consciente o incoscientemente) y que he decidido sentirme orgullosa hoy porque haber nacido de este lado de la cordillera, de ver que la riqueza natural me ha hecho llorar en tantos viajes, de poder comer tan rico al punto de tener un orgasmo en papilas gustativas y de echarme a llorar cuando escucho a Manuelcha Prado tocando "Adiós pueblo de Ayacucho perlaachallay" (..) o al Cholo Berrocal cuando dice "mis guitarras son seis cuerdas y en cada cuerda una corazón, que van entonando sus cuitas al tocar el diapazón". Este país podra ser una cagada en varios sentidos y la absurda comparación con el primer mundo me sigue haciendo cagar de risa pero nadie jamás en esta ni en otra puta vida podrá decir que los peruanos nos somos de putamadre, porque lo somos, somos esos descendientes de los guerreros chancas que resistieron hasta el final el dominio Inca, somos esos que si no sufrimos, no gozamos, somos esos que nacimos perspicaces por naturaleza y esos que seguimos eligiendo el mal menor como autoridades, somos esos que inflamos el pecho cuando suena el himno en alguna parte de Europa (una vez en Polonia una señor me dijo que nunca había visto a una chica peruana y que yo le parecía lindasa, gracias por eso señor, mi autoestima subió 10 puntos) pero por sobretodo somos esos conchadesusmadres que siempre te van a parar el macho si te quieres pasar de pendejo, porque pa pendejos los peruanos y ni cagando le dejamos ese título a otros.
Gracias Perú por tanto, porque no hay país más hermoso ni rico que este la putamadre y ahora con el permiso de ustedes me prepararé una jarra de pisco sour y un ceviche porque ese lujo hoy es mío. Y ya me ven aquí, convirtiéndome en aquello que juré destruir, celebrar con ímpetu, vehemencia y fervor un 28 de julio y también cantaré el himno al mediodía, ese que es uno de los más hermoso de este globo terráqueo.
Porque si somos libres, entonces seámoslo siempre.