15 de marzo de 2020

Los días en las que el caos nos(me) toma por asalto

Tenemos la plena conciencia de que nos estamos yendo a la mierda inmersos en un sistema del cual poco se puede dar buenas referencias, el caos, el egoísmo, entre otras taras, somos complejos, me observo y veo cuan lejos se ve el panorama que tenía en mente, me estrujo y reniego pero a la vez la voz interior me indica que todo es gradual y que la cobardía no la mejor de las desiciones, ¡Joder! ¿Acaso alguien no se frustra de ver como todo se le escurre por las manos sin poder siquiera pararlo? No puedo cegarme ante lo evidente, me duele(s), extraño a gente que nisiquiera sabe que la extraño y que probablemente jamás lo sabrá, veo a mi yo de hace 8 años, una mujer rebelde, emputada, deprimida y sosa de tanto lloriquear, me apena que hayan cosas que es casi probable que no podré realizar, tengo un mano atada y la otra suelta porque en una realidad alterna estoy con el amor de mi vida regando las flores de mi jardin, aunque ese amor puede ser cualquiera, estoy en una eterna espera de todo y el miedo que es inherente me visita más no se queda, me gustaría mucho decirle cosas a alguien, extraño muchas sensaciones, colores, olores; el posarme sobre el cuello de alguien y poder percibir su olor, grabarlo en mi mente y cada vez que le vea emocionarme como suelo hacerlo y luego olfatear como una niña curiosa que conoce algo, ojalá que alguien me dijera algo lindo, no para alimentar mi ego sino porque he aprendido a valorar cosas que antes no, valoro palabras, cariño, gestos, extraño mi vida con alguien, con quien comer en las noches y cagarnos de risa cuando alguno haga algo estúpido, perdonarle cuando me diga algo hiriente y sentir como bajan mis revoluciones en ese lapso, soy la peor en muchas cosas pero he aprendido a construir pensamientos y sensaciones, hoy es un día de mierda, entre la incertidumbre de no saber que sucederá, de no saber como este sistema cual depredador de mierda nos retuerce y aplasta como un pedazo de queso entre sus manos, hemos sido depredados siempre pero hoy es peor; me he quebrado y he cuestionado cada cosa, pero no sirve, me devalúo entre una tórrida esperanza y un dejarme de lado; anoche soñé con Cristóbal, no le quiero ya ¡pero como le quise! Y como lloré su partida, reprochándole su crueldad por haberse ido aun diciendo que me amaba, soñé que fui a Chile y estuvimos en su casa, fue intenso, le abracé como dos horas, paseamos, cominos, tomamos cervezas, pero en mi sueño me inquietaba la incertidumbre, vi Jessica su novia y no supe por qué, quizás dentro de mi espero que no sea grave lo que le sucede a ella, he aprendido a respetar la felicidad ajena aun cuando sea a costa de la mía, pero no me voy a extender en eso porque básicamente mi vida amorosa siempre fue una mierda, me tocaba la vuelta a Lima y entre lágrimas busco a Cristóbal y no le veo, se ha ido, me dice que va a volver luego de que yo me vaya y mi angustia crece; el corazón se me sale y me siento mal de no verlo pero lo único real es que soñé que compre los pasajes con mi tarjeta de crédito y hasta en mis sueños me perseguía el banco (no tengo trabajo pero tengo deudas por haber necesitado ese plástico para pagarme las citas médicas y los remedios, sí es una mierda eso también).
Desperté sudando, deseando que no haya sido sueño el haberlo estrujado entre mis brazos y haberle besado así sea de forma onírica pero asustada del banco (assholee!) 
No sé que tenga que ver el Cristóbal, la pandemia, mi estado, todo.