20 de febrero de 2016

Que no lo sepan los demâs

Hoy salvé a un ratón de morir ahogado, había caido al lavadero y estaba lleno de agua, me desperté de un brinco y corri ante el llamado de mi hermano, tomé un colador y lo saqué rapidamente del agua. Se quedó inmovil, luego lo llevé lejos de los gatos y se quedó inmóvil, esperó secarse pero estaba asustado, luego lo dejé pensando en que debe ser horrible morir ahogado y cuando lo ví intentar nadar se me estrujo el corazón, quien sabe a donde haya ido luego, solo me senti bien de haberlo librado de morir de esa forma, aunque quién sabe y vaya a morir envenenado en alguna cocina o devorado por los gatos pero así es la vida, mientras tanto seguro se fue a reunir con otros ratones más.