Un montón de células muertas que se quedaron recostadas porque no tengo jabón para el rostro ni agua micelar para limpiarla, el moño del cabello hecho en un dos por tres porque así es, así va la cosa, no recuerdo que día es y ni quiero saber porque no cambia en nada que un nombre sustituya a otro cuando estás varado, estancado horizontalmente, preparo el almuerzo y veo que la despensa se acaba y el terror aumenta, así en una proporción geométrica. Tiendo a ser sosa en cosas cotidianas ya que no veo necesario llenar de huevadas rimbombantes, huevadas que me traen sin cuidado, no sé como describir este período ya va que de seguro nadie de aquí mientras gritaba el countdown de año nuevo comiendo sus 12 uvas se dijo a sí mismo algo como: "Venga, este nuevo año queremos una pandemia que sirva de pretexto para ver como el sistema se desmorona y nos vamos todos a la misma mierda" ¡Ah pues! supervivencia, problemas psicológicos y espirituales por doquier, ya perdí la cuenta de cuanta gente está en el hoyo y yo no puedo hacer más que desearles algo de paz, no soy buena en esto, no fue mi ideal de vida aunque sea una frívola de mierda para otras cosas.
Da igual, somos lo que creemos, lo que deseamos y lo que hacemos, sigo guardando besos y abrazos a esos humanos que si pudiera mandarles esto (mis besos y abrazos) lo empaquetaría en bolsitas de papel como quien guarda cuidadosamente un sandwich para el desayuno aunque la mayonesa me sepa asquerosa en los días calurosos.