Nadie sabe, un par de avecillas cantan en alguna de las ramas del arbusto en el patio y la realidad ya no supera a la ficción para nada y cabe decir que en estos momentos no podemos indicar que el desazón pesa duro.
Compruebo nuevamente que no solo a mi me habita, también a él, escarbarse la piel, quitarse las pestañas una a una, quedar completamente vacuo o preguntarse de pronto cómo es qué la manada hace tiempo dejó de ser parte de uno, responderse que crecer como todo en en el mundo este, se logra a costa de otros y de todos, veo en otros lo que no hay en mi, soy espectadora tácita de otras formas de vida y de pensamientos, creyéndolos correctos pero que sin embargo nunca una semilla así lograra germinarme a mi, entonces solo veo a modo de larga exposición las luces que dejan los carros, se seinte el huir del sol y a los vientos entrando por el norte y a mi hemisferio ya no confundido, simplemente paralizado creyendo que al otro lado del lóbulo el sol pinta sonrisas en los rostros y que las mejillas se tornan rosadas como una orquídea de Jauja, extiendo mis brazos para sentir tanto y todo como a los 5 años, como a los 5 años, pero que ahora ya son más de 4 lustros acurrucados debajo de esta dermis horneada.
vuelvo.
vuelvo.