5 de marzo de 2016

Que regresar, no sea sólo un verbo en infinitivo.

Huanta, me debías un ocaso y yo, los ojos mohosos para echarme al dintel de tus pastizales.
Regresas, como cachorra hambrienta al regazo de tu madre, regresas. Y tiñe de amarillo, las líneas que esbozas cuando te guardas al olvido.