Me cubre la lluvia cuzqueña
Hermosa la luna posesa encima de las tejas a doble agua
El tiempo se deshiela y mis delgadas manos entremecen a las articulaciones que de a pocos respiran un viento helado
Lo leo, le leo (me digo a voz baja mientras estiro el cubrecama que me cobijará)
Como decirle, al viento soplando por el norte que yo no quiero irme de aquí, que quiero quedarme posada en las frías bancas y que no me importan las miradas por tener esa falda larga y negra puesta y que el mayu, ahí arriba brille más que otros días porque yo lo estoy viendo y ese es mi regalo.
¿Que más podría acotarle a este pedazo de "papel" tácitamente percibido?
¿Y si le muestro mis manos aun deterioradas por los agitados días en la tierra de Pachacutec imponente en mandato?
Echarse a la pista y dejar que el cigarro comprado por un sol queme hasta que el humo visite mis labios y los caliente a costa de que la irrigación sanguínea baje y que entre el frío viento al torrente de plasma.
Una nube negra de fumarse un cigarro, así como la poesía torcida que resulto ser yo ante sus ojos.
Lo bonito es barato, mirenme entonces como mejor quieran, así sea por darme protagonismo en sus sinapsis, aunque todos (y yo mejor que nadie) se que el perfil bajo siempre fue mi sello y que mi velo tejido a punta del frondoso y terso cabello siempre será más.
Se mira la calle
Se inhala el humo y se combustiona más de este
El alcohol esparcido entre tantas cabezas no me deja perpleja
Yo espero que el filtro de este cigarrillo queme y marque mis labios
Y que queme y también la vida otra que nadie ha de querer
La vida que yo no he de encontrar
La soledad en mentes y ojos como los mios es una variable constante
Como si la puta matemática pudiese mostrarme un axioma válido ahora mismo.
Se acaba un cigarro y la falda no cubre ni corta al viento que visita mis piernas y hace que yo tirite
La vida amarilla como la miel de las abejas esta próxima a tocarme a mi tambien
Que sea uno
Que seas tú
O mejor yo
(que se entienda el "tú", como un "yo")
Hermosa la luna posesa encima de las tejas a doble agua
El tiempo se deshiela y mis delgadas manos entremecen a las articulaciones que de a pocos respiran un viento helado
Lo leo, le leo (me digo a voz baja mientras estiro el cubrecama que me cobijará)
Como decirle, al viento soplando por el norte que yo no quiero irme de aquí, que quiero quedarme posada en las frías bancas y que no me importan las miradas por tener esa falda larga y negra puesta y que el mayu, ahí arriba brille más que otros días porque yo lo estoy viendo y ese es mi regalo.
¿Que más podría acotarle a este pedazo de "papel" tácitamente percibido?
¿Y si le muestro mis manos aun deterioradas por los agitados días en la tierra de Pachacutec imponente en mandato?
Echarse a la pista y dejar que el cigarro comprado por un sol queme hasta que el humo visite mis labios y los caliente a costa de que la irrigación sanguínea baje y que entre el frío viento al torrente de plasma.
Una nube negra de fumarse un cigarro, así como la poesía torcida que resulto ser yo ante sus ojos.
Lo bonito es barato, mirenme entonces como mejor quieran, así sea por darme protagonismo en sus sinapsis, aunque todos (y yo mejor que nadie) se que el perfil bajo siempre fue mi sello y que mi velo tejido a punta del frondoso y terso cabello siempre será más.
Se mira la calle
Se inhala el humo y se combustiona más de este
El alcohol esparcido entre tantas cabezas no me deja perpleja
Yo espero que el filtro de este cigarrillo queme y marque mis labios
Y que queme y también la vida otra que nadie ha de querer
La vida que yo no he de encontrar
La soledad en mentes y ojos como los mios es una variable constante
Como si la puta matemática pudiese mostrarme un axioma válido ahora mismo.
Se acaba un cigarro y la falda no cubre ni corta al viento que visita mis piernas y hace que yo tirite
La vida amarilla como la miel de las abejas esta próxima a tocarme a mi tambien
Que sea uno
Que seas tú
O mejor yo
(que se entienda el "tú", como un "yo")
