Gracias N por haber llorado conmigo esa madrugada donde los ojos solo apuntaban a una dirección, por temerme en brazos
Es el dolor, quien me recuerda, el miedo y mi
miedo son inherentes a la especie, es este miedo que hace más fuerte la
evidencia de que una felicidad asegurada como constante, ¿no sería como una
horizontal en un electrocardiógrafo ?
A ti, a él y a mi.